Digamos que Antolina no es la chica más discreta
de su barrio. De hecho es despistada, torpe y excéntrica (y no me estoy pasando, de verdad que no).
Pero esto es genial porque todo el mundo sabe que para ser un buen espía hay que ser muy sospechoso (obvio ¿no?).
Así que con todos estos atributos y un embarazo de siete meses (¿se me olvidaba decirlo?) es reclutada por una famosa agencia de espionaje para llevar a cabo su primera misión.
Salvar el mundo. Que digo yo que le podían haber mandado algo más facilito, ¿no? Así, para ir empezando...